París, año 1809. François Vidocq es buscado por la Policía. Ya ha escapado de prisión en 25 ocasiones. Para conseguir su libertad, concibe un plan al que el director de la Policía no podrá resistirse. Se ofrece a atrapar él mismo a los delincuentes, dado que... ¿quién conoce sus escondrijos y artimañas mejor que él?
Mediante el levantamiento de evidencias, la vigilancia secreta y la recopilación de pistas consigue revolucionar el trabajo policial y se convierte en modelo para la creación del FBI y Scotland Yard.
Si eres fanático de Sherlock Holmes esta historia muestra el origen de la criminología. Si esperas una novela emocionante, debes centrarte en la ficción. Pero cualquiera que esté interesado en los orígenes de los trabajos en la criminalística actual no se sentirá decepcionado.
Resulta sumamente interesante saber qué procesos de pensamiento están detrás de los patrones de pensamiento actuales, y qué se hacía anteriormente para combatir la delincuencia.
Quien espere un thriller policiaco superemocionante, lamentablemente este libro no es para él. Sin embargo, cualquier persona interesada en la historia y sus acontecimientos, así como en los inicios y orígenes de la criminología debería comprar este libro y leerlo hasta el final.
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