Matull fue libretista de teatro y guionista cinematográfico, y de él ni siquiera sabemos su fecha de defunción. Nacido en 1872 en Pomerania (Polonia), tras escribir su primera obra de teatro, Mujeres de hoy, emigró a los Estados Unidos, donde trabajó como editor de política en el Evening Post de Nueva York. Matull recogió a posteriori sus recuerdos de Norteamérica en A todo vapor: la historia de un niño en Estados Unidos. En 1906 regresó a Alemania y fue contratado por el Teatro de Berlín, a la vez que comenzó a escribir novelitas de quiosco protagonizadas por Nick Carter y Lord Lister. Entre sus dramas destacan El pastor rojo, Annemarie, El gran desconocido, El pobre gatito y La boda falsa. Fue libretista de opereta para Giuseppe Becce. En la última etapa de su vida se dedicó por entero a la escritura de guiones del cine alemán de carácter exótico, sensacionalista, detectivesco y patriótico, en concreto para las películas del cineasta judío Siegfrid Dessauer y la productora Imperator-Film, protagonizadas por Pola Negri y Fern Andra. Cuando el corazón resplandece de odio (1918), Trabajo (1919), Los siervos (1919) y Tormentas de otoño (1919), son los últimos largometrajes que dirigió. Dessauer fue considerado “no ario” en 1938, expulsado de la Cámara de Cine del Reich y, tras siete años oculto por un matrimonio alemán, fue deportado en Berlín en 1945, sin que se sepa en qué campo de concentración terminó sus días. Y, a día de hoy seguimos sin conocer la fecha ni las circunstancias de la muerte de Matull.
Por su parte, Matthias Blank, que utilizó el seudónimo de Theo von Blankensee para firmar sus trabajos, nació en Múnich en 1881 y falleció en Meissen en 1928. Creó al detective Luther Frank, del departamento de policía de Nueva York y héroe de Asesinato en el Northern Express, novelita que apareció por primera vez traducida al ruso en 1908 y de la que se imprimieron diez mil copias. En el mencionado expreso, que atravesaba varias ciudades canadienses, aparece el cadáver de una hermosa y joven mujer envuelto en una alfombra y con el cuello acuchillado. Frank, un sabueso cuya amplia experiencia es capaz de hacerle distinguir lo verdadero de lo falso, concluye con éxito un duelo detectivesco con el inspector de policía de Montreal al destapar un caso de infidelidad extraconyugal: la víctima mantenía un romance pasional con un hombre casado y la esposa ultrajada perpetró el asesinato. En otra de sus peripecias, publicada por Blank en 1909 y que contó con una tirada de trescientas copias, Frank se enfrenta a dos peligrosos ladrones en El asalto al banco de Mónaco.
Estas y otras traducciones formaban parte de la colección “Dramas de la vida”, editada por I. D. Sytin, que incluía a autores populares rusos –muy dados también a tomarse libertades con los personajes de los demás– y que incluso llegó a crear la serie de La mujer detective, protagonizada por la investigadora estadounidense Harriet Bolton-Reid, experta en disfrazarse y pasar desapercibida. Otro escritor, O.E. Ehrenfreund, continuó con las investigaciones del personaje creado por Blank entre 1916 y 1918. De él se conservan unas Cartas autobiográficas a Franz Brümmer (1921), dirigidas al lexicógrafo alemán.
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