Con una edición de lujo de Dilatando Mentes Editorial, prólogo del escritor Jose María Fernández-Luna, familiar del comisario, portada de Raúl Ruiz, y epílogo del periodista José Luis Ibáñéz Ridao autor, entre otros del libro “Todo lo ve, todo lo oye, todo lo sabe”, y miembro del Círculo Holmes de Barcelona.
Si os gusta Sherlock Holmes, la historia, el folletín y la crónica policial, no os perdáis este libro. Y, por si fuera poco, los 25 primeros tendrán de regalo un fanzine con un artículo exclusivo sobre una de las primera mujeres detective: Kate Warne, que trabajó para la agencia Pinkerton.
No es un ensayo histórico, ni tampoco una novela o antología -aunque bebe mucho de ello-, ni tampoco una biografía -si bien, también hay muchos datos biográficos en la obra-, es algo diferente. Podríamos considerarlo un libro con tintes de divulgación y de memoria, pues lo que pretende es homenajear a la figura de Ramón Fernández-Luna, un personaje casi olvidado, pero que fue considerado en su época "el Sherlock Holmes español", y con todo acierto. El comisario de la Brigada de Investigación Criminal Ramón Fernández-Luna resolvió, utilizando los novedosos métodos científicos de la época -el uso de la fotografía, la dactiloscopia o las reconstrucciones de los crímenes- y unas dotes de observación y deducción fuera de lo común, los más increíbles delitos, asimilándolo al personaje literario creado por sir Arthur Conan Doyle -de hecho, incluso lleva siempre encima una lupa de gran aumento con la que recorría el lugar del delito buscando pistas-.
Se le considera también el padre de la policía secreta -utilizaba disfraces, tanto él como sus ayudantes, para capturar a los delincuentes- y fue el primero, o uno de los primeros, en establecerse como policía particular o detective privado en España. Agencia que tuvo una gran importancia hasta principio de los años 80 del siglo XX.
El libro trata del inicio de la policía científica, de los "otros" Sherlock Holmes y se basa principalmente en la historia de Ramón Fernández-Luna y en sus casos, transcritos de la hemeroteca de los diarios de la época -que le dedicaron hasta trece artículos (en formato folletín) cuando se jubiló (en circunstancias muy peculiares)- y ampliados con información recopilada de diversas fuentes con la única intención de que la figura de este personaje histórica no quede relegado al olvido, todo ello documentado con sobriedad y fotografías extraídas de diarios del momento, mencionando fuentes y webs de donde se han extraído.
Por si fuera poco, el libro viene prologado por el sobrino-bisnieto del propio Ramón Fernández-Luna, José María Fernández-Luna (también conocido como Patrick Ericson) escritor que dedicó una de sus novelas a ese familiar "El caso del mago ruso", publicada por ediciones B, y que amablemente ha colaborado en dar el toque aún más humano al personaje. Y el Epílogo viene firmado por José Luis Ibáñez Ridao, reconocido escritor y periodista, colaborador de varias editoriales y del Colegio de Detectives Privados de Catalunya, y Premio Fomento de la lectura, autor, entre otros, del libro "Todo lo oye, todo lo ve, todo lo sabe" (Espasa).
Incluye, también, transcripciones de textos de Joaquín Llizo que han sido extraídos de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España y que pertenecieron al diario El Sol.
En definitiva, la obra es un acercamiento a una de las figuras más desconocidas de la crónica policial española, un hombre al que la Policía actual debe mucho de su forma de investigación, llegándose a considerar el germen de la investigación policial moderna, tal y como la conocemos actualmente.
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