EN EL CÓMIC EKHO MUNDO ESPEJO Nº 7. SWINGING LONDON, LA TRAMA SUCEDE EN LONDRES Y LA PROTAGONISTA ESTÁ ATAVIADA CON LA VESTIMENTA SHERLOCKIANA Y TIENE TAMBIÉN A SU WATSON

Ekhö es un mundo espejo de la tierra. Tiene nuestras mismas ciudades y países, pero son ligeramente distintos: la electricidad no existe, en lugar de aviones hay dragones, y los vagones de metro van a lomos de extraños ciempiés... Pero lo más sorprendente son los preshauns que, bajo su apariencia de peluches formalistas, llevan las riendas de este mundo... Fourmille Gratule y Yuri Podrov son enviados al mundo de Ekhö y deben encontrar su lugar mientras Fourmille es poseída una y otra vez por la personalidad de quienes han muerto recientemente…

En la presente entrega Fourmille y Yuri son enviados a Londres para investigar una preocupante falta de té que está amenazando con provocar una crisis con los Preshauns que viven allí. Una vez en la ciudad, Fourmille se infiltrará en un grupo de jóvenes que viven en los muelles y disfrutan de la activa escena musical de esta Londres alternativa.

Este álbum resulta un tanto desconcertante dentro de la progresión de la serie. Por un lado se recupera el tono más ligero y divertido de las primeras entregas de la serie pero por el otro se rompe el esquema habitual de las aventuras de Mundo Espejo y no se recurre a los poderes paranomarles de Fourmille para resolver el misterio sobre el que se sustenta la trama. Esto último podría ser una variante válida para hacer evolucionar la serie pero choca con el escenario que se había planteado al final del álbum anterior.

Obviando lo mencionado en el párrafo anterior, esta es una de las entregas más alocadas y divertidas de toda la serie. El nivel de los homenajes y de la parodia a base de tópicos es excelente. Desde las películas de James Bond a los libros de Harry Potter, de los Beatles a los Sex Pistols, pasando por la moda de Candem, todo vale para que Arleston y Barbucci nos ofrezcan una visión divertida de una Londres imaginaria basada en la ciudad real de los años 60 y 70. También hay algo de espacio para realizar un poco de crítica fundamentada en la realidad con unos villanos cuyas motivaciones guardan alguna relación con esos británicos euroescepticos que han llevado a su país al confuso Brexit.

En el apartado gráfico nos encontramos con un Alesandro Barbucci cuyo arte sigue siendo un festival para la vista aunque ya no parezca tan exuberante como en los primeros álbumes de la serie. Aun así todavía podemos disfrutar de algunas viñetas repletas de detalles y de su habitual estilo fluido que tan bien le sienta al tono ligero de la serie.