Un duelo a muerte entre el mejor detective de la historia de la literatura y el ladrón más brillante, caballeresco e intrépido que habita los anaqueles.
Arsène Lupin se ve envuelto en dos robos y una estafa. Las tres víctimas deciden unirse y llamar a Herlock Sholmès para que viaje desde Londres y ponga las cosas en su sitio. Sholmès descubre tres secretos que están a punto de perder a Lupin: los túneles ocultos por los que se mueve, el pseudónimo con el que vive entre la gente honesta, y su amor apasionado por la hija del arquitecto Destange. Pero las tornas se vuelven y Lupin no solo consigue escapar de Sholmès sino que lo envía prisionero en un barco de vuelta a Inglaterra.
Por eso, cuando el barón d'Imblevalle ―a quien Lupin ha despojado de una lámpara judía donde guarda las joyas de la familia vuelve a llamarlo a Francia, Sholmès está preparado para la venganza.
Maurice Leblanc (1864-1941) creó Arsène Lupin en 1905 como protagonista de un cuento para una revista francesa. Leblanc nació en Ruan (Francia) pero empezó su carrera literaria en París. Había estudiado derecho, trabajaba en la empresa familiar y había escrito algunos libros de poco éxito cuando Lupin se convirtió en uno de los personajes más célebres de la literatura policíaca. Es un ladrón de guante blanco, culto y seductor, que roba a los malos. Es el protagonista de veinte novelas y relatos y sus aventuras lo han convertido también en héroe de películas y series para televisión. Para muchos, las historias de Arsène Lupin son la versión francesa de Sherlock Holmes.
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