Sir Charles Baskerville, un adinerado hombre de negocios es hallado muerto en las cercanías de su casa. Todo indica que su corazón se detuvo y las escasas pistas sugieren que estaba huyendo de alguien; o quizá de algo que nadie quiere nombrar: la maldición de los Baskerville, encarnada en un infernal sabueso de proporciones descomunales.
Pero ya sea obra de un criminal o de una criatura fantasmal, Sherlock Holmes está dispuesto a agotar todas las hipótesis antes de admitir que el diablo ha decidido castigar a la familia Baskerville. “Combato el mal dentro de mis modestas posibilidades, pero enfrentarme con el Padre del Mal en persona quizá sea una tarea demasiado ambiciosa”, confiesa el detective privado más famoso de la historia. Un caso que lleva al límite de lo racional el talento detectivesco de Sherlock Holmes y su infatigable compañero, el Doctor Watson.
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