El detective Katayama tiene dos importantes problemas que le impiden ser un policía de primera: por un lado siente pánico ante la sangre, solo con verla se desmaya. Por otro, es tan tímido que es incapaz de hablar con mujeres.
A pesar de esto, deberá unirse a la investigación del asesinato de una universitaria y le será encomendada la vigilancia de una residencia femenina de la universidad.
Su vida dará un giro inesperado cuando conoce a un catedrático que tiene una mascota a la que llama Holmes y que, para sorpresa del detective, no es una gata corriente…
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